martes, 21 de febrero de 2012

LA CIUDAD UNIVERSITARIA


LA CIUDAD UNIVERSITARIA

LA CONSTRUCCIÓN DE UN FUTURO INTERRUMPIDO
Caminar hoy día por la Ciudad Universitaria recuerda mucho a la conversación que, en el teatro o la película, mantienen Luisito y su padre en “Las bicicletas son para el verano”: cuesta pensar que aquí hubo una guerra, o al menos, uno de los escenarios del encarnizado asedio de Madrid y la pelea, planta por planta, entre moros y brigadistas, entre republicanos y nacionales, por cada palmo de terreno y cada facultad. En la primera escena, sólo en la imaginación de dos estudiantes que piensan en que, en caso de que hubiera un hipotético conflicto que habría de tener como contendientes a los franceses o los portugueses, cuando estos alcanzaran Madrid aquel ya habría acabado.
El espacio donde hoy se concentran miles de estudiantes, caminando desde la estación de metro hacia las facultades, el paraninfo, el decanato y viceversa, o tumbados en la hierba aledaña a las mismas, está muy alejado de aquellas imágenes del fragor de la batalla por el Hospital Clínico, los cañonazos desde el Garabitas, las avenidas de Blasco Ibáñez (Princesa) y Pi y Margall (la Gran Vía, que conservaba extraoficialmente su castizo nombre) convertidas en una sola, la Avenida de los Obuses, y de la destrucción de una obra arquitectónica que databa de los últimos años del reinado de Alfonso XIII pero que encontró su gran impulso con el régimen republicano que le sustituyó.
Iniciadas las obras en 1928, en las postrimerías de la dictadura de Primo de Rivera, la República naciente en 1931 configuró una Junta en la que figuró como presidente el mismo que lo fue del gobierno provisional de la misma y que se convirtió, en diciembre de ese año, en el primer jefe del nuevo estado republicano: Niceto Alcalá Zamora. El alma mater, sin embargo, de aquella junta de construcción de la Universitaria fue su secretario, el catedrático de Medicina y diputado socialista por Las Palmas Juan Negrín.
Famoso posteriormente por encarnar el espíritu de resistencia republicano, ocupando la presidencia del gobierno desde la primavera de 1937 hasta el final de la guerra, Negrín se había formado en la Alemania de Weimar, doctorándose en Medicina y Fisiología por la Universidad de Leipzig. Era uno de los símbolos de la relación entre la política y los nuevos talentos intelectuales que se habían formado en el extranjero gracias a la ILE gineriana y la Junta de Ampliación de Estudios.
Si en términos de política educativa los gobiernos republicanos hicieron reformas y llevaron a cabo actuaciones de gran calado, destinadas a mejorar el nivel de la instrucción básica y a garantizar el acceso a los diferentes niveles de la misma a la población en general, la trayectoria de la arquitectura escolar sufrió una evolución un tanto dispar, no tanto en cuanto a entusiasmo, pues el ritmo impuesto en la construcción de escuelas hizo que en los dos primeros años de vida de la República se llegaran a construir más que en toda la monarquía de Alfonso XIII, pero sí en cuanto a una calidad que no era la que se propugnaba desde los círculos más vanguardistas de la arquitectura española: el GATEPAC y los racionalistas en general.
Buena parte de los arquitectos afincados en Madrid, que formaron parte de aquellos círculos, el racionalismo ortodoxo, en línea con la Bauhaus y Le Corbusier, o con lo que se ha denominado el “racionalismo al margen” o “la otra modernidad” –y de los que anteriormente hablamos al describir el Plan Zuazo y la Colonia El Viso– fueron los encargados de construir los edificios de la Ciudad Universitaria.
No en vano, el GATEPAC, sobre todo en Cataluña, fue un colectivo apoyado por las autoridades en su búsqueda de una serie de soluciones urbanísticas y constructivas para ciudades como Madrid y Barcelona, necesitadas de una planificación progresista en materia arquitectónica y que entonces estaban representada en la Bauhaus, la Sezession austriaca, Le Corbusier o los planes de ensanche, construcción y saneamiento, ejecutados bajo estas ideas, en Viena, Berlín, París o Ankara.
Así, en la Ciudad Universitaria fueron configurándose y construyéndose, -paralelamente a la Colonia El Viso, la ampliación de la Castellana, nuevos edificios en la Gran Vía como el edificio Carrión-Capitol o el nuevo hipódromo de la Zarzuela (que sustituyó la antiguo de la Castellana, donde se situarían los Nuevos Ministerios, y donde amanecerían algunos de los cadáveres de los derechistas fusilados en los terribles “días de plomo” del primer verano de la guerra)- los edificios de Farmacia, Medicina, Derecho, Filosofía y Letras, la extinta Fundación del Amo, la central térmica, la residencia o el Hospital Clínico.
Los nombres de Luis Lacasa, Rafael Sánchez Arcas, Francisco García Mercadal, Rafael Bergamín, Luis Blanco Soler o Carlos Arniches permanecen unidos a aquellas construcciones que, o bien terminadas o bien muy avanzadas, acabaron por ser pasto de las bombas antes de que los primeros estudiantes pudieran poner los pies en sus aulas.
En la primavera de 1936, un poco antes de que fueran asesinados el teniente de Asalto José Castillo y el diputado monárquico José Calvo Sotelo, implicado en la sublevación pronta a suceder, la huelga de construcción declarada en Madrid sufrió una dura quiebra en su unidad: los obreros de militancia socialista aceptaron el arbitraje del gobierno, habiendo de ser defendidos por la propia guardia de Asalto de posibles represalias por parte de los obreros anarquistas que no aceptaban el laudo gubernamental.
Quizá fueran esos los soldados probables de la guerra impensada, inimaginable, que especulaban Luisito y su amigo en la Ciudad Universitaria mientras el primero pensaba en la Física, La Almunia de Doña Godina y la bicicleta. Poco después, ni el violín del músico y miliciano Gustavo Durán conseguiría arrancar un eco de emoción a las bombas que derribaban las aulas de una educación mejor y arrancaban a muchos de su último verano en paz.

1 comentario:

  1. CITY FAIR PLANET XXI CENTURY
    NECESITO SOCIOS PARA ORGANIZAR UNA EXPOSIICON UNIVERSAL EN LA ISA DE SARDEGNA YOUTUBE SARDEGNA WORLD FAIR 1933 RECREATION

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