martes, 29 de noviembre de 2011

ENTREVISTA A LORENA POLO MARTÍN, PSICOTERAPEUTA GESTALT

“Siempre he tenidos dos grandes pasiones: El arte y la Psicoterapia.
¿Por qué no disfrutar de ambas a la vez?”

conversar con LORENA (GUADALAJARA, 1983) es hacerlo con alguien que transmite sinceridad, cercanía y pasión por lo que hace, algo no siempre sencillo de encontrar. esta joven psicóloga imparte talleres de teatro terapéutico en madrid y en su ciudad natal destinados a quienes deseen “permitirse ser”, aceptándose plenamente. 

Lorena, ¿en qué consiste el teatro terapéutico?
Pues el teatro en si mismo es terapéutico. En este caso el matiz es el hecho de ponerle conciencia. Hacer teatro de manera consciente para hacer terapia de manera lúdica. Desde el nacimiento nos vamos acostumbrando a interpretar “papeles” con los que nos identificamos, que van conformando nuestro carácter y actuamos de acuerdo a estos modelos repetitivos y creencias limitadoras que nos impiden el desarrollo hacia una vida más plena y genuina.
Se trata de  conquistar una mayor libertad expresiva, pues los personajes que representamos en este espacio, no tienen porque ser lógicos, ni reales, ni razonables, simplemente se nos da una oportunidad para poder ser otra persona, una posibilidad para poder dejar de actuar compulsivamente el “papel conocido”, y entrar en una manera diferente de pensar, actuar, y sentir. Es arriesgarnos en un contexto seguro para tomar impulso y poder ser más libres en cualquier contexto.

¿Qué te motivó a decantarte por aplicarlo en el desarrollo de tu trabajo?
La Psicoterapia Gestalt permite usar cuantas herramientas sean necesarias y, al menos en mi caso, esto impulsa mi imaginación, que crea según la necesidad del paciente.
Siempre he tenidos dos grandes pasiones: El arte y la Psicoterapia. ¿Por qué no disfrutar de ambas a la vez? Y encontré el canal. Me gusta jugar, probar desde un lugar creativo y desinhibido. Y el arte, en la mayoría de sus expresiones me parece el mejor canal de autoconocimiento y expresión. La libertad a la hora de trabajar y su amplio abanico de posibilidades favorece y motiva en la libertad de los participantes para Ser quienes Son: Todo.

¿Hay otros aspectos del teatro terapéutico que te llamaran la atención?
El gran Claudio Naranjo, el cual le sacó mucho partido a las obras de Shakespeare, decía que la  salud es la capacidad de las personas para encarnar diferentes roles según lo requerido por el momento, sin  encasillarnos ni limitarnos.
Lo que suelo observar en un grupo de Teatro Terapéutico, o en el día a día, es que todos estamos excesivamente apegados a “nuestro personaje”. Algunos nos creemos siempre buenos, otros creemos que todo nos da igual y otros tenemos una necesidad imperiosa y continuada de ser el centro de atención. Y claro, la vida en su gran riqueza, se encarga de frustrar nuestras reacciones mecánicas, y nos muestra como, en cada nueva situación, podemos encarnar un personaje diferente, más acorde y adaptado a las demandas de la situación.Y lo que me emociona en cada uno de los grupos es verles, y por tanto verme, en esa liberación. Sentir que el abanico de las polaridades se abre, que todas caben y que existe una mayor aceptación de uno mismo. Podría decirte que es algo casi mágico, cuando ocurre, por fin, todo fluye.
Como dice Jodorowsky (escritor argentino, conocido por sus “Evangelios para sanar”), “Cesa de definirte, concédete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces te sea necesario....”

¿Qué diferencias o qué ventajas tiene con respecto a técnicas tradicionales de la psicología, a esa imagen tópica del paciente en el diván...? 
Cada psicólogo tiene su arte y cada paciente su necesidad, por tanto no es verdad que existan ventajas o limitaciones objetivas. Sólo se que yo elijo esta forma de trabajar por dos razones, primero porque es la que quiero, la que me llena y con la que aprendo y segundo porque es la que me sirve, desde donde puedo ofrecerme con total sinceridad y apertura.
Y desde mi elección te hablaré de una diferencia. El psicólogo que tenemos en mente, escondido tras el diván, como un gran dios profesional, gurú de la verdad, no es más que una persona con sus propios miedos, necesidades, deseos y frustraciones. Desde ahí podemos seguir escondidos fingiendo que tenemos la verdad para el paciente, ocultando así nuestra esencia, o podemos mostrarnos. Cuando digo mostrarnos esto es situarte delante del paciente, con el objetivo humilde de acompañarle en su descubrir. Yo no poseo ninguna verdad más que la mía y lo que puedo hacer sinceramente es mostrarme para acompañarle en el descubrir de la suya.
Soy psicóloga y persona. Y por tanto no quiero dejarme olvidada la condición humana. Es por esto que me enfado o enternezco, que me frustro o me emociono junto a la persona que está sentada frente a mí. Mostrarme humana hace que el otro encuentre una puerta de complicidad y confianza y pueda ser también él/ella misma.

¿Hay algo que haga incompatible el teatro terapéutico con otras técnicas psicológicas? ¿O para personas que están con algún tipo de tratamiento?
Mi visión de la psicología es trabajar la salud y no la enfermedad. No soy partidaria del etiquetado de los diagnósticos clínicos, yo trabajo con personas, con nombre, Ser y circunstancias que los integran. Y mi trabajo se adapta a las personas, lo que hace imposible la incompatibilidad.

¿Cómo organizas tus talleres? ¿Qué tipo de actividades se desarrollan en ellos?
Sería una descripción muy limitada si digo que dentro de los grupos solo uso el teatro, aunque es verdad que existen muchas modalidades que aplico: Teatro de la Voz, Teatro Antropológico, Teatro Social…
Combino el movimiento, desde su máxima expresión, que sería la danza, hasta la mínima, la relajación. Fusiono expresiones artísticas: pintura, clown, contact improvisación, biodanza… con terapias alternativas: bioenergética, eneagrama, gestalt…
Todas ellas pasan por dos filtros: primero yo y mi propia esencia, que deja huella en cada uno de los talleres, en cada ejercicio y luego cada grupo y cada persona, que lo hacen completamente diferente. Un grupo es una realidad especial en torno a la cual construimos en conjunto.

¿Qué importancia tienen el juego y la improvisación, en los mismos?
A veces me río junto a los participantes porque les digo que es “el recreo del cole” (risas). Parece ser que según esta sociedad competitiva e individualista el adulto debe olvidar el juego. Y es maravilloso verles volver al niño interior. Y el mío despierta a jugar con los suyos. El juego es un canal libre, donde todo cabe, donde la única norma es ser uno mismo y respetarse.
Improvisar es darse permiso para liberar la espontaneidad, expresar emociones, miedos, fantasías, deseos, dificultades, generando complicidad, colaboración, responsabilidad en un “atreverse” lúdico, movilizador y comprometido. El juego y la improvisación ayudan a adquirir nuevos recursos creativos y habilidades para conseguir objetivos y resolver conflictos, dando respuestas adecuadas a una nueva situación o nuevas respuestas a situaciones antiguas.

¿Desarrolláis alguna forma de conocimiento o de exploración sensorial, emocional, afectiva...? Si es así, ¿cuál es su objetivo?
Como bien dice Carl Jung (psicólogo contemporáneo de Freud) “La emoción es la principal fuente de los procesos conscientes. No puede haber transformación de la oscuridad en luz ni de la apatía en movimiento sin emoción”. La exploración afectiva y emocional fomenta la autoafirmación y la autoestima, que surge con la toma de conciencia de los factores que la limitan o impiden. El teatro como proceso creativo, de autoexpresión, permite ir más allá de lo que es conocido. Es un camino de conciencia, crecimiento y transformación donde el proceso profundiza la comprensión de las múltiples facetas que habitan dentro de nosotros.
Practicar el gesto teatral es encontrarnos con nuestras emociones, nuestra psique, nuestras reacciones y nuestro cuerpo. La exploración permite  mejorar las relaciones interpersonales y la capacidad de trabajo en grupo. Tomar conciencia de la expresión corporal, voz, gesto, escucha y silencio. Y fomentar el darse cuenta y la escucha del momento presente, que lleva al cambio, a la transformación. 

¿Cuál sería, para ti, el motor de tus talleres? Y, extrapolándolo a la vida cotidiana, ¿cuál sería o debería ser el motor del propio ser humano?
Esta pregunta me lleva a escucharme interiormente. Y desde ahí siento que un gran motor para mí es la Libertad. No deseo vivir en las infinitas jaulas sociales y personales en las que solemos cobijarnos. Quiero que yo misma sea mi mejor asidero y para ello no necesito limitarme a un rol, a una rutina, a unos valores estrechos. Deseo desarrollarme ampliamente, explorar el mundo y poder jugar con él confiando, amando.
No puedo decirte cual Debería ser el motor del Ser Humano, puesto que me cansan y hasta me irritan tanto “debería, tenemos que…”. El verdadero motor está en ser sinceros con nosotros y nosotras mismas, escuchar nuestras necesidades y deseos y poder ser valientes y respetuosos para acompañarnos en su satisfacción. Lo que yo deseo es ser auténtica, libre y llenarme de amor y confianza para fluir por la vida “estando presente”. Ser mi compañera, estar conmigo y con el otro en este camino lleno de posibilidades.

¿A quién recomendarías más especialmente estos talleres?
Si apuesto por conocer las limitaciones y poder abrir el abanico de posibilidades, ¿crees que existe alguien a quien no se lo recomendaría? Esto es para toda aquella persona que quiera desarrollar la improvisación y la expresión en un trabajo de Escucha y Conocimiento de sí mismo y del otro, reconociendo el bloqueo, la negación, los límites… para abrirse a las nuevas respuestas, a la autenticidad de sí mismo, a través del juego y la conciencia. Se lo recomiendo a la persona que desee Permitirse Ser.
La Terapia Gestalt
Nace en la década de 1940 de la mano de Fritz Perls .
No debe confundirse con la Psicología de la Gestalt que se encarga de los fenómenos de percepción, pero no es un modelo de terapia. La terapia Gestalt tiene sus bases en teorías como el existencialismo, la fenomenología y la filosofía Zen de Oriente. Y pertenece a la corriente Humanista de la psicología.
Su principal objetivo es acompañar al paciente o cliente a liberarse de los bloqueos y condicionamientos para que se convierta en un ser auténtico, creativo, responsable –dejando de ser víctima de las circunstancias y de los otros–, capaz de cerrar los asuntos inconclusos del pasado (las gestalts abiertas), que disminuyen la satisfacción última de sus necesidades y a que sea capaz de reconocer las posibilidades que le ofrece el ambiente, para satisfacer sus necesidades reales.

INFORMACIÓN DE LOS TALLERES EN lorena_polo_martin@hotmail.com O EN EL 630727148

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