La palabra Alentejo se compone en realidad de dos: “além”, que significa “más allá” o “más lejos de” y “Tejo”, nombre en portugués del río Tajo. Por ello, el Alentejo reúne a las comarcas que quedan al sur del Tajo y no son ribereñas del mismo, como sucede con Estremadura o el Ribatejo, y a excepción del Algarve.
No hay un solo Alentejo, sino dos: el Alto comprende los distritos de Portalegre, Évora y la parte sur del de Setúbal (Alcácer, Grândola, Sines, Porto Covo) y el Baixo Alentejo el de Beja. Su zona costera forma un parque natural conocido como Parque Natural del Alentejo Atlántico y la Costa Vicentina. Sus playas están menos exploradas, pero no por ello son menos apetecibles.
Otras localidades de la región recomendables para visitar son:
ELVAS: A un paso de la frontera española (11 km. de Badajoz), Elvas es la primera ciudad de importancia que se encuentra accediendo desde la capital pacense. Y ello hizo de esta ciudad una importante plaza defensiva desde la Edad Media, cuyo cinturón de murallas y su monumental Porta de Olivença son algunos de sus principales testimonios arquitectónicos.
ESTREMOZ: El mármol de esta localidad ha sido utilizado en numerosas construcciones monumentales y su fama es comparable al mármol de Carrara. Destaca en su historia su artesanía, en especial los peculiares belenes elaborados por algunos mañosos vecinos del municipio, y los avatares políticos y amorosos de los reyes Dom Dinis y la reina santa Isabel ocurridos en ella.




BEJA: Tercera capital alentejana junto con Portalegre y Évora. También de origen romano, en ella no sólo destaca su legado artístico (el castillo o la azulejería árabe-mudéjar de sus edificios) sino el literario: en ella escribió sus cinco “Cartas de una monja portuguesa” la abadesa Mariana Alcoforado a un oficial del ejército francés, consideradas un clásico del género romántico.
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