martes, 27 de diciembre de 2011

EL BOSQUE ANIMADO

EL BOSQUE ANIMADO

Wenceslao Fernández Flórez, escritor conservador refugiado en una embajada del Madrid republicano durante la guerra en la capital, dijo tras la victoria nacional: “Han ganado los míos. Ya no puedo escribir”. Censurada su obra escrita previamente a 1939, sin embargo la que le otorgó mayor fama fue su fábula “El bosque animado”, una obra escrita para el público infantil que sin embargo se convirtió en una de las más afamadas de la literatura de posguerra.
Este acontecimiento y el propio título nos han venido a la mente para ilustrar como, en tiempos de crisis -y pese a la mucha mayor dureza de aquella época en comparación con la actual-, no sólo se ha de agudizar el ingenio, sino quizá preguntarse en serio si no sería preciso descender a lo elemental, tratando de encontrarnos de nuevo y otorgando importancia y relevancia a lo que realmente lo posee, frente a lo accesorio e impuesto.
Las tres actrices que conforman la compañía madrileña A Punto de Plumas, Laura de Casas, Sara Lostum y Kateleine Van der Maas, han puesto en marcha su particular bosque animado a través de su espectáculo “La voz del bosque”, una experiencia de teatro sensorial donde se busca no sólo la transmisión de la palabra oral, sino la participación e interacción del público en el espacio escénico y en la creación, haciendo partícipe y no sólo espectador a quien acude a verlo.
Para despertar los diferentes sentidos (cabría decir que también el de la empatía y la solidaridad), este particular bosque, construido con economía de medios pero con ingenio, energía positiva y cariño, encamina a sus participantes a través de estancias donde el olor y el tacto, el gusto y el oído y la vista, a través de una mirada que sentimos se nos vuelve infantil y se torna exploradora, experimentan y juegan en compañía de otros seres, semejantes a nosotros, guiados por tres actrices que adoptan los papeles de hadas o sacerdotisas de una ceremonia íntima, breve pero emotiva y feliz.
Hay que tener, eso sí, el corazón y el alma abiertos y dejar que el niño que llevamos dentro despierte y no haber perdido del todo las ganas de seguir siendo infantes de vez en cuando. Vivir con optimismo, aun cuando pocas sean las oportunidades que se vean a corto plazo de salir a flote, o dejando que nos sorprendan aún los bosques animados que pueden surgir en cualquier parte. Con sus hadas buenas. Con su voz llamándonos.

LA COMPAÑÍA
A Punto De Plumas es un colectivo de investigación teatral. Abraza varias disciplinas artísticas en busca de su simbiosis, inspirándose en el teatro sensorial, íntimo, del absurdo, de objetos, contemporáneo, el butoh, la performance, el cabaret alemán, el happening y el videoarte.
Organizan talleres, encuentros y colaboraciones artísticas para enriquecer las experiencias del grupo, en la creencia de que toda creación artística está viva y en continuo movimiento, y se nutre de la interacción con el público.
Varios de los miembros del equipo trabajan, asimismo, con la compañía Teatro en el Aire.
En la actualidad, A Punto De Plumas está formada por Laura de Casas, Sara Lostum y Kateleine Van der Maas, de las cuales podemos encontrar, en la página del colectivo, estas interesantes reseñas biográficas:

LAURA DE CASAS (1982) Nacida en Japón, criada en Argentina y residente en Madrid desde hace 18 años, Laura es una enamorada de la profundidad del alma. Cae y se pierde para poderse encontrar. Así, sólo así,  rescata “su  verdad”. Investiga distintos lenguajes para conocerla, acariciarla y ayudarla.
Laura se despierta y necesita crear; en una huella ve un destino, en una caricia siente un anhelo, en un aliento huele la esperanza.
Consciente de la aventura, estudia en la psicología, artes escénicas y un postgrado en lenguaje sensorial y poética del juego.
Actualmente es miembro fijo de la compañía de teatro sensorial Teatro en el aire, imparte talleres de creación propia de “memoria sensorial” y colabora con el colectivo A punto de plumas.

sara


SARA LOSTUM (1984): Tras 6 años volando por su universo interior, Sara despierta de su letargo con un nuevo juguete entre sus manos, dando forma en la escuela infantil de teatro, a “El circo de fantasía”, una obra que le muestra la fórmula para la felicidad.
Sigue caminando por el bosque de la vida y sintiendo la necesidad de profundizar en esta experiencia tan necesaria para ella como respirar. Todas sus ambiciones, inquietudes y necesidades la llevaron a formarse ampliamente en diferentes disciplinas artísticas, creando y colaborando con múltiples artistas en varios proyectos: Improvisación teatral, performance, arte de acción, arte sonoro, danza clásica, contemporánea, esgrima escénica, teatro de calle, animaciones, cuentacuentos… y completando sus estudios de arte dramático con cursos específicos: interpretación a la cámara, danza contacto, teatro de objetos y teatro sensorial.
Ahora Sara, combina el universo que ella creó con todos los elementos aprendidos para hacernos partícipes, aunque sólo sea por un instante, de esa fórmula de la felicidad.


KATELEINE VAN DER MAAS (1979): A Kateleine le cuesta quedarse quieta en un sitio. Igual que el agua choca, acaricia y esquiva las piedras, ya sea cantando en su coro, danzando en las Alpujarras, tocando la flauta en La Cama, haciendo cabaret por los teatros de Holanda o escribiendo canciones para las fiestas familiares.
Tampoco sabe decidirse por una sola cosa. Ya en la universidad de Groningen (Holanda) andaba entre estudios de Filología Románica y Teatrales para, al final, licenciarse en ambos.
Ahora viaja por la vida como miembro fijo de la compañía de teatro sensorial Teatro en el Aire, con su proyecto personal aguaKate, la plataforma de cultura holandesa Ranas Frías, y con sus compañeras de viaje de A Punto de Plumas.

Más información sobre los espectáculos de A Punto de Plumas en: http://apuntodeplumas.wordpress.com/ y también en Facebook.

 

domingo, 25 de diciembre de 2011

MANUAL DE VUELO

MANUAL DE VUELO
EL FUGITIVO QUE DIBUJABA PÁJAROS
Lídia Jorge
Seix Barral/Biblioteca Formentor
Madrid, 2001 (primera edición 1998)
223 pp.

La narrativa de la escritora algarvia Lídia Jorge se distingue por el tratamiento de las cuestiones humanas, entrelazadas unas con otras en una tela fina de sentimientos, pasiones y búsquedas. “La costa de los murmullos”, sobre el mundo colonial portugués de Mozambique, o esta “El fugitivo que dibujaba pájaros” (cuyo título original en portugués, “O Vale da Paixão”, revela pinceladas sobre lo que nos encontramos en esta novela) son dos excelentes ejemplos.
Es “El fugitivo…” una novela sobre un clan familiar, los Dias, en el que se cruzan dos visiones del mundo antagónicas: la tradición frente a la modernidad, la jerarquía frente al individualismo, el patriarcado frente a la mujer. Una concepción sobre el mundo rural que al cabeza de familia acaba por descomponérsele precisamente por su incapacidad y su inflexibilidad, para acabar acusando a todos los que le rodean de traidores por huir de la heredad familiar, siguiendo el ejemplo (el mal ejemplo) del individualista y “pendenciero” hijo menor, Walter Dias.
La historia de esta familia la cuenta la hija de Walter, convertida en falsa sobrina y quien acaba por saber el engaño de que no dejaran al vástago más pequeño y “manchador” de honores familiares forme familia. Condenado a vivir en el destierro por diferentes partes del mundo, escribiendo breves cartas destinadas a la esposa de su hermano mayor y antiguo amor -madre de su hija/sobrina- y mandando dibujos de pájaros que habitan en los lugares por donde pasa. Creyéndose a salvo de esa mala influencia, el destino, sin embargo, deparará al patriarca la desagradable sorpresa de que todos los hijos, salvo el mayor, abandonarán en la ola emigratoria de los cincuenta y sesenta, el hogar paterno, condenado a no dar más que para malvivir. Por paradójico que resulte, su única esperanza será el regreso del antiguo hijo caído en desgracia.
Historia de afrentas, pasiones y revelaciones. La hija de Walter Dias irá conociendo a su padre y, de su primera fascinación por él, pasará a una visión crítica que le revelará su propio camino. En su juventud, será comparada con aquella influencia sanguínea de la que procede, como si fuera una continuación. Pero no será nada más que ella, desde el aprendizaje de la soledad, el misterio y las noches oscuras donde sólo los pájaros y aquella lejana en que su padre le habló, para fabricarse en la mente y escribir su propio manual de vuelo, personal e intransferible.
Estamos ante una novela apasionante escrita por una de las mejores escritoras de la literatura lusa de la actualidad, y que no podemos dejar de recomendar desde aquí.


jueves, 22 de diciembre de 2011

ESPECTACULARES: DE BOLOS POR ALICANTE

DE BOLOS POR ALICANTE
El seguimiento de los conciertos que Mario Boville, cantautor a la par que voz y guitarra de los madrileños Alpargata, realizó en este mes de diciembre por el interior de Alicante, sirvió para mostrar que la provincia no quiere dar sólo la imagen típica de las playas repletas de la Costa Blanca y los rascacielos estilo Gran Manzana de Benidorm, Gandía o Cullera - Moviéndonos por las comarcas de la Marina y del interior, encontramos un paisaje distinto y merecedor de penas (y alegrías, claro) y gente distinta y dispuesta a activar las mentes de sus vecinos a través de otras propuestas culturales.

GATA DE GORGOS
La primera parada de este reportaje es el pueblo de Gata de Gorgos, cercano a los municipios de Jávea/Xábia, Denia u Ondara, más sonoros en cuanto a destino turístico y veraniego se refiere. Sin la fama de los primeros y sin playa (“vaya, vaya”, que dirían The Refrescos en su canción veraniega sobre Madrid), en él se localiza la ArtHouse Gata, un pequeño pero extraordinario lugar donde disfrutar de las propuestas pictóricas y también, según la idea de su propietaria, la joven inglesa Julia Evens, de un tiempo a esta parte de propuestas escénicas como el propio concierto de Mario. No sólo es un lugar para exponer, sino también para que jóvenes y adultos puedan introducirse y aprender a pintar.
Concebida como un punto de encuentro, sobre todo para la numerosa colonia británica establecida en la región, y según se pudo comprobar en aquella sesión de canción de autor donde hubo de todo, siempre con buen humor (incluso en las peculiares traducciones al inglés del artista, y es que el idioma de Shakespeare no es fácil, menos cuando estás pendiente de guitarra, repertorio y de un público que tampoco domina la de Cervantes…), el lleno garantiza numerosas probabilidades de éxito para futuros proyectos encaminados a esta “integración de las artes” que concibe Julia. Puede ser -“why not?”- un punto de inflexión para colocar a Gata de Gorgos en el mapa.
En el exterior, conversamos con alicantinos -javienses como Araceli, expatriada a la capital del reino para proseguir con su formación artística y que colabora con otro espacio del que ya hablamos aquí, la sala “La Perla Negra”- que exponen la problemática de desarrollar actividades culturales de corte “alternativo” en los pueblos de la Marina: el ayuntamiento, los recortes presupuestarios, las dificultades para que los artistas locales puedan darse a conocer, el desconocimiento por parte de los vecinos de otras propuestas… Pero, al tiempo, surgen las ideas. Es un análisis DAFO (Debilidades-Amenazas-Fortalezas-Oportunidades) hecho con la inmediatez del momento y la fuerza del entusiasmo (o de las cervezas en forma de pócima de Asterix, lo mismo da). Audacia sin medios. O más bien, sin miedos.

SAX
Reponemos energías alojados en la generosidad y la casa de Julia en Benidoleig, un pequeño pueblo del Montgó de nombre de reminiscencias árabes (como Benidorm, Benicassim o Benitatxell, el prefijo “Ben” recuerda al clan familiar de los fundadores, los “Ban-u” que lo establecieron) y tras pasar una velada entre guitarras, al calor de una chimenea y de una humanidad entrañable. Antes de partir a Sax, en el interior de la provincia de Alicante, entre Elda y Villena, nos acercamos al Mediterráneo invernal en Jávea. Dormitando, el mar pintado de azul  en largas noches de invierno de Serrat asemeja una laguna mientras comemos sepia y pescaditos en el puerto. Con el estómago lleno y el tanque del coche lleno, partimos.
La casa rural donde tocará esa noche se encuentra en un pueblecito-pedanía-barriada, Santa Eulalia, que se nos aparenta un decorado de rodaje de la guerra civil. Ante la ausencia de gente en sus calles, nos preguntamos si estamos en un pueblo abandonado o si en cualquier momento se nos acercará una viejecita enlutada con pañuelo negro en la cabeza, quién sabe si camino de la misa o de un mitin de Pasionaria (en función de en qué manos esté el pueblo-decorado), rompiendo el continuo espacio-tiempo. La casa, eso sí, apartada de la ¿civilización?, es desde luego un oasis que por la noche se convertirá en una sala de conciertos.
Nuevamente, nos encontramos con ideas revitalizadoras. Una carpa para el verano, donde hacer conciertos al aire libre y espectáculos de teatro, circo… lo que se tercie. Manuel, que vino para quince días y lleva ya dos meses, según nos cuenta, se encarga de montar el espacio exterior y nos lo enseña con el entusiasmo del padre que muestra a su recién nacido. Suena bien, desde luego. Y no estaría nada mal volver. En cuanto al concierto y el trato de la gente en aquella velada de Sax, muy bueno…aunque con otro punto surrealista del cual Mario, si algún día os llegáis a encontrar con él, os podrá dar más detalles (“PAPARRUCHAS”, como los sacerdotes, se guarda para sí el secreto de confesión).
Un fin de semana positivo, revitalizador, para nosotros, antes de incorporarnos a nuestra vida en el Matrix de la Villa y Corte. Encuentro con gente amable, descubrimiento de otra Alicante, distinta, posible, y disfrutando, como siempre, de la música y las canciones de un poeta ácido, amargo, salado y a veces dulce como Mario Boville. Va por (y para) ustedes.

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA AMPLIACIÓN DE MADRID

LA AMPLIACIÓN DE MADRID
EL PLAN ZUAZO-JANSEN, NUEVOS MINISTERIOS Y EL VISO

Durante los años veinte y treinta, la arquitectura en España recibió el impulso de una generación de jóvenes profesionales que rompieron con la línea anterior y bebieron de los vientos llegados de Europa. La escuela alemana de la Bauhaus y el suizo Le Corbusier fueron las principales fuentes de inspiración de un movimiento arquitectónico heterogéneo y heterodoxo que en Madrid y Barcelona desarrolló sus principales creaciones. Rafael Bergamín, Fernando G. Mercadal, Luis Lacasa, Nicolau M. Rubio i Tudurí, Luis Blanco Soler, Casto Fernández Shaw o Bernardo Giner de los Ríos son algunos de los nombres de aquella generación, agrupada en torno al llamado GATEPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Por la Arquitectura Contemporánea), que en Cataluña desarrolló un movimiento autónomo y probablemente más creativo y fructífero, el GATCPAC.
En Madrid, la Ciudad Universitaria (comenzada a edificar en 1929, pero que recibió su mayor impulso en los años venideros, con la constitución de una junta encabezada por el presidente republicano Niceto Alcalá Zamora y dirigida en el día a día por el catedrático de Medicina y posterior jefe del gobierno durante la guerra, Juan Negrín), algunos hoy emblemáticos de la Gran Vía como el edificio Carrión-Capitol (el del anuncio luminoso de la Schweppes) y los que nos ocupan aquí, la Colonia de El Viso y los Nuevos Ministerios, son algunos ejemplos de esa arquitectura rupturista. 
En Madrid, la Ciudad Universitaria (comenzada a edificar en 1929, pero que recibió su mayor impulso en los años venideros, con la constitución de una junta encabezada por el presidente republicano Niceto Alcalá Zamora y dirigida en el día a día por el catedrático de Medicina y posterior jefe del gobierno durante la guerra, Juan Negrín), algunos hoy emblemáticos de la Gran Vía como el edificio Carrión-Capitol (el del anuncio luminoso de la Schweppes) y los que nos ocupan aquí, la Colonia de El Viso y los Nuevos Ministerios, son algunos ejemplos de esa arquitectura rupturista.
Tanto los edificios ministeriales como la colonia (en su origen, llamada Cooperativa Parque Residencia) forman parte de un plan de ampliación de la capital, plan para el que fue convocado concurso internacional en 1928 por el ayuntamiento madrileño. Herman Jansen, arquitecto alemán que había destacado en la redacción de planes urbanísticos como el ensanche de Berlín y el de Ankara (Turquía), se puso en contacto con García Mercadal para contar con un socio español en la redacción del plan madrileño. Éste le presentó a Secundino Zuazo. Zuazo pertenecía a una generación anterior, más conservadora que los nuevos arquitectos y urbanistas, pero era sin embargo quien mejor entendía las necesidades presentes y futuras que podían presentarse a la capital. Y, de hecho, ya había desarrollado el plan de ampliación de Bilbao.
Hasta entonces, Madrid se había ido ampliando en torno al eje Oeste-Este, desde el antiguo alcázar musulmán, situado donde hoy está el Palacio de Oriente, para desde ahí seguir por las calles Mayor, Alcalá y Atocha. Zuazo y Jansen cambian la perspectiva: en lugar de proseguir una vía constreñida por el Manzanares a un lado y el parque del Retiro al otro, cambian el eje por el Norte-Sur, fijando su mirada en el paseo de la Castellana. En palabras del también Rafael Moneo, Madrid se convertía en una ciudad “con claro desarrollo axial, en una ciudad vertebrada, disponiéndose en la periferia núcleos de vivienda autónomos localizados en torno a pequeños pueblos ya existentes, cumpliendo así una elemental previsión de reserva urbana.” Tras más de ochenta años, el plan Zuazo-Jansen ha cumplido aquella previsión: a partir de los años cincuenta, aquellos antiguos pueblos -Carabanchel, Vallecas, Fuencarral, Chamartín, Barajas, Villaverde, Aravaca- no sólo pasaron a ser núcleos autónomos, sino nuevos distritos de una ciudad cuyo eje efectivamente pasó a ser el de Prado-Recoletos-Castellana. 
Pero no fue sino hasta 1932, con la asunción del Ministerio de Obras Públicas por parte de Indalecio Prieto y el apoyo de éste y del jefe del gobierno, Manuel Azaña, cuando aquel plan pasó a desarrollarse. Pese a que el plan de Zuazo y Jansen fue el mejor e incluía, entre otras previsiones, la construcción de una futura carretera de circunvalación que las circunstancias pospusieron hasta los años setenta, con la construcción de la M-30, el concurso fue declarado desierto. El nuevo alcalde, Pedro Rico, estaba además particularmente interesado, como Azaña y Prieto, en paliar el paro obrero mediante el desarrollo de un programa de obra pública y el desarrollo de una Ley de Capitalidad permitió, además, que el desarrollo de Madrid pasara a ser una de las preferencias de la nueva República.
Con estos apoyos, y especialmente el de Prieto, Zuazo desarrolló no sólo el proyecto de ampliación de la ciudad por la Castellana, sino que en los antiguos terrenos del Hipódromo capitalino se inició la construcción de las nuevas dependencias administrativas ministeriales. Los Nuevos Ministerios (cuya primera piedra fue colocada el 14 de abril de 1933, fecha en que se inauguró el nuevo tramo de la Castellana) y su estación ferroviaria, parte esencial del nuevo proyecto de enlaces ferroviarios y que dio origen, por los críticos al proyecto, a que desde entonces se conozca al túnel Atocha-Chamartín como “el túnel de la risa”,  se sumaron a esa concepción nueva de Madrid que transformarían la ciudad y harían posible que la conociéramos en su fisonomía actual.
De igual modo, en las cercanías de estas nuevas edificaciones (cuya construcción quedó paralizada y transformada a causa de la guerra civil) se levantó el proyecto de viviendas de la Colonia El Viso. Concebida por Rafael Bergamín y Luis Blanco Soler, se construyó al lado de los terrenos del antiguo Hipódromo y bajo la Ley de Protección de Viviendas, promulgada durante la dictadura de Primo de Rivera y vigente durante la República. La colonia, construida bajo la forma económica de cooperativa, está constituida por chalés -entonces denominados “hotelitos”- en línea o pareados en su mayor parte, permitiendo el aprovechamiento del terreno de forma inteligente. A diferencia del proyecto de ampliación de la Castellana, que debía acoger viviendas tanto para la clase obrera como para las clases profesionales, la Colonia El Viso albergó a un gran número de intelectuales y profesionales liberales identificados con el nuevo régimen republicano. Sus viviendas, de líneas sencillas y racionalistas, tienen sin embargo ejemplos arquitectónicos de singulares líneas, como la llamada “casa del barco”, diseñada por Rafael Bergamín.
Tras la guerra civil, la imposición del monumentalismo en las edificaciones, sobre todo las oficiales, y la transformación de las construcciones de la época anterior que quedaron derruidas o dañadas por los efectos bélicos (las nuevas facultades, el Hospital Clínico…) o paralizadas por la contienda borraron muchas características de aquel movimiento arquitectónico español. Un hecho al que se sumó la desconexión entre los que permanecieron en la península, afectos a la dictadura franquista o en exilio interior, o partieron fuera de nuestras fronteras. Zuazo, por ejemplo, salió por la frontera francocatalana y, tras regresar en 1940, pasó desterrado cuatro años en Canarias. Fue un epílogo inmerecido y triste para quien transformó indeleblemente la ciudad a la que, durante tres años, los vencedores quisieron acceder para hacerla capital de su “Nuevo Estado”.



martes, 6 de diciembre de 2011

FORMENTERA II

BOB EL DE LOS LIBROS O LA CURIOSA BIBLIOTECA DE FORMENTERA
Si nos queremos hacer a la idea del espíritu pacífico, altruista y generoso que envolvía a los viajeros que llegaron hasta la pequeña balear, un buen ejemplo es “Bob de ses llivres”. Robert Baldon, su nombre completo, era un arquitecto de éxito en California y Nueva York que un buen día de 1967 decidió dejar atrás su vida en los Estados Unidos para iniciar una nueva etapa en Formentera.
Pero no vino sólo. Se desplazó con el empeño de dotar a la isla de su primera biblioteca, para lo que abrió su casa de Sant Ferrán a todo aquel que quisiera tomar un libro prestado. Con la colaboración de los hippies que pasaron o se quedaron en la isla, vecinos y turistas, Bob llegó a reunir una biblioteca de 30.000 ejemplares escritos en una decena de idiomas. Al fallecer, en 1997, su legado fue cedido al Ayuntamiento (antes la isla dependía del Consell Insular conjunto de Eivissa y Formentera; hoy Formentera cuenta con Consell propio), pero las instalaciones que las autoridades acondicionaron no eran las apropiadas, de tal modo que una iniciativa vecinal, la Asociación de Amigos de la Biblioteca Internacional de Formentera (la-internacional@formentera.net), encabezada por Pedro Martín, lleva tiempo encargada de buscar una ubicación adecuada para la consulta de estos volúmenes, resumen y regalo de la vida un hombre singular.
Bob se encuentra en el cementerio de Sant Francesc. Quien lo desee puede depositar unas flores, en homenaje, en el lugar donde reposan sus restos.

DOCE MESES, DOCE LIBROS

NO APTO PARA NOSTÁLGICOS


LA RAÍZ
ROTA
Arturo Barea
Diario Público/
Biblioteca de la República (de la edición a la que corresponde la imagen)
Esta edición, Madrid, 2011. Primera edición española, B. Aires, 1955.
400 pp. aprox.




El extremeño Arturo Barea (“La forja de un rebelde”, Londres, 1945, que ahora puede encontrarse editado en castellano por Mondadori), oficinista, miembro de la UGT, censor de noticias de guerra en el Madrid republicano y finalmente exiliado en Gran Bretaña poco antes de finalizar la guerra civil al temer por su futura mujer Ilsa (sospechosa de trotskista en medio de la preponderancia del PCE y tras el asesinato de Andreu Nin y el juicio a los líderes del POUM), escribe una novela absolutamente descarnada sobre la posguerra (y eso que nos encontramos en 1949, pero podía ser cinco años antes o cinco después). De ahí que aquellos que se identifiquen con la frase de Jaime Mayor Oreja, eurodiputado del PP, sobre la “extraordinaria placidez” de la dictadura franquista, anatemizarán a Barea y su obra del mismo modo que toda obra historiográfica, novelística o cinematográfica que vaya contra sus planteamientos.
Porque poco tiene de plácida esta novela. Antolín Moreno, su protagonista, antiguo combatiente republicano que regresa a España después de diez años con pasaporte inglés, trabajo de camarero y expectativas de poder desempeñar un nuevo oficio como representante de firmas industriales británicas en su país de origen, así como recuperar a una familia a la que no ha visto desde hace una década, encuentra una España imperial, una, grande y libre, sumida en los mayores despropósitos. Fusilamientos masivos reanudados tras saberse el régimen a salvo de una caída como la de Hitler y Mussolini; la paranoia económica de la autarquía no da resultado alguno salvo para quienes hace negocio, a mayor o menor escala, con la venta de productos en el mercado negro y las licencias de importación; apuntarse a Falange Española, aun sin tener conciencia política alguna, como medio para abrir puertas y conseguir contactos; mujeres condenadas al oscurantismo religioso, supersticioso o a la prostitución por haber sido esposas, novias o hermanas de republicanos que se encuentran encarcelados o fusilados… Antolín Moreno, en su corta estancia en Madrid, se encuentra no sólo con una realidad delirante que no es difícil de ver (sólo rascando un poco sobre la superficie) sino con que su propia familia se ve envuelta en una espiral similar de miseria, sobre todo moral. Decepcionado, volverá a Londres, no sin antes tratando de salvar aquello que puede y tratando de mejorar, respetando, como hombre liberal y demócrata, la libertad de actuación de sus seres queridos.
Nada de lo que rodea a la novela es ficción. Existió una realidad de pobreza, destrucción física y moral y oscuridad tremebunda para unos españoles sometidos con saña tras una “guerra de Liberación” (!). Pero nada de esto es apto para nostálgicos. Será porque es buena literatura. Y buena historia.

IMPRONTA & VUELO: TEATRO AQUÍ Y AHORA

IMPRONTA & VUELO:
TEATRO AQUÍ Y AHORA

LAS COMPAÑÍAS DE TEATRO ESPONTÁNEO IMPRONTA (ESPAÑA) Y VUELO (CHILE) DELEITARON AL PÚBLICO EL PASADO VIERNES 2 DE DICIEMBRE CON SU ESPECTÁCULO “NO NOS OLVIDARÁ LA PRIMAVERA”, EN EL ESPACIO DE CREACIÓN E INVESTIGACIÓN TEATRAL “LA USINA” (EMBAJADORES, MADRID) - MOMENTOS PARA QUE EL ESPECTADOR DEJARA ESCAPAR SUS EMOCIONES, RECUERDOS, HISTORIAS Y SENTIMIENTOS EN UN EMOTIVO ACTO DE CREACIÓN COLECTIVA.

De vez en cuando uno se topa con seres verdaderamente excepcionales en el ámbito de la creación artística. No estamos en condiciones de negar que existan grandes actores y actrices, cantantes, escritoras y escritores… Pero hay pocos, unos pocos elegidos, capaces de entablar una empatía hermosa con quienes han acudido a ver su espectáculo. Impronta y Vuelo son de esa clase de personas. Recibieron al público saludando uno por uno a los componentes del público, por desgracia no el suficiente que merece lo que hicieron, pero al mismo tiempo por fortuna el suficiente para que tanto ellos como el respetable se sintieran como en casa.  Y más aún cuando tanto sus miembros como el público tuvieron unos minutos previos de charla y conocimiento.
Fue un paso esencial para coger confianza mutua ante lo que iba a suceder a continuación. Chilenos y españoles (es un decir, porque en esta aldea global donde a veces nadie conoce a nadie y todos se odian por motivos de banderas, nada hay más agradable que poder sentirse como uno más de una patria distinta a la que te vio nacer) pasaron a representar, desde su propia desnudez de sentimientos y emociones del inicio -mostrando confianza hacia el público: ¿qué elenco muestra su estado de nervios, su temor hacia una sala vacía, su pánico a que alguien diga la frase maldita de “mucha suerte”… abiertamente a los espectadores?- los estados de ánimo, las peripecias vitales, los hechos trascendentales o mundanos de un público que, al principio, se preguntaba en qué berenjenal les habían metido, pero que poco a poco fue entrando en materia y erigiéndose en director de una película representada, aquí y ahora, con ternura, humor, habilidad y entrega por ambos grupos.
El paso de Vuelo por España ha sido efímero. Ya han regresado a su país de origen después de una ruta de experimentación y espectáculos por el viejo continente. Impronta sigue realizando espectáculos en estas “fechas tan entrañables” que diría nuestro monarca del ojo morado y yerno afanador de caudales públicos. Seguirán estando en La Usina los mediodías del 11 y 18 de diciembre con un espectáculo infantil, “Cuenta tu cuento”, al que también pueden sumarse aquellos adultos que no hayan perdido las ganas de seguir siendo, aunque sea por un día, niños. Por supuesto, ninguna función será igual que las otras. Esto es teatro improvisado, espontáneo. Aquí y ahora. Abran el telón.

Improvisar es parte de la vida. Como decidir donde se va de cañas, cosa que ocurre después de las funciones, no antes, que para eso son profesionales y quien esto escribe da fe de ello. La compañía Impronta Teatro Espontáneo está formada por los actores y actrices Nerea Ocaranza, Nerea Rodríguez, Rubén Tejedor, Rocío Alzueta, José Casasús y Luciana Drago; los músicos Julián Bozzo y Sergio de Medina y los técnicos Suh-güein y Joaquín Gómez, bajo la dirección de Alejandra Barbarelli.

lunes, 5 de diciembre de 2011

FORMENTERA


FORMENTERA
CUEVAS, LEYENDAS Y NEW AGE EN LA PEQUEÑA BALEAR
 
FORMENTERA ES, CON SUS 80 KM2 Y CINCO MIL HABITANTES ESTABLES, LA MÁS PEQUEÑA DE LAS ISLAS HABITADAS DEL ARCHIPIÉLAGO DE LAS BALEARES. SU HISTORIA SE HA VISTO SALPICADA DE ASALTOS DE PIRATAS BERBERISCOS Y NORMANDOS, HECHOS REFLEJADOS EN LEYENDAS POPULARES QUE EXPLICARÍAN EL ORÍGEN Y UTILIDAD DE SUS MÚLTIPLES CUEVAS. VISITADA EN TIEMPOS MÁS RECIENTES Y BENIGNOS POR PINK FLOYD, BOB DYLAN Y MULTITUD DE “PELLUTS” (HIPPIES) EN LOS SETENTA, LA ISLA SEMEJA UN PARAÍSO A PROTEGER A LA VUELTA DE LA ESQUINA.

CÓMO LLEGAR Y CÓMO MOVERSE

Formentera no tiene aeropuerto, así que la única manera de llegar a la isla es utilizando el transporte marítimo desde Ibiza al puerto de La Savina, en la punta NW de la isla. Hay varios servicios diarios entre la capital ibicenca (el aeropuerto de Ibiza/Eivissa - Es Dodolar se encuentra a una decena de kilómetros del centro de la ciudad) y Formentera. Los horarios se pueden consultar en los puertos de partida y destino o en las webs de las compañías Balearia (www.balearia.com) y Umafisa (www.umafisa.com).
Alquilar un coche o una motocicleta es la forma más convencional de moverse y existen numerosas agencias en el propio puerto de La Savina. Quizá no es tan conocido que las agencias que alquilan motocicletas ofrecen alquilar, asimismo, bicicletas. Dado que Formentera es una isla que se recorre en 20 minutos de una punta a otra en vehículo a motor y que hay calas para cuyo acceso hay aparcamientos disuasorios y de pago para automóviles, es una opción muy a considerar. Eso sí, no es recomendable la ascensión en bici a La Mola salvo que se sea ciclista profesional. Mejor tomar el autobús, esperándolo sin prisa alguna…que es como hay que esperar los buses en las islas Pitiusas.

Formentera es, sobre todo una curiosidad en nuestra geografía. Xavier Moret, en su obra “Zanzíbar puede esperar”, segunda de las entregas del detective alternativo Max Riera, nos da cuenta de una isla de aguas azul turquesa donde, hasta la aparición del “mal rollo” (la heroína) era posible convertir los pensamientos en miel tumbados bajo una higuera, como cantaba Pau Riba. Quienes han comprobado el estado del Mediterráneo en las costas de Levante aún se estarán preguntando si alguna vez existieron (no ya si existen) aguas de ese color por estos lares. Pero es cierto. La fotografía del encabezamiento, del Estany del Peix, no es del mar Caribe, sino de la más pequeña de las Pitiusas.
Igualmente, Formentera es un lugar donde el tiempo parece haberse, si no detenido, si al menos  transcurrir con un sosiego mayor que en el de la península Ibérica. Correr debe ser malo para la salud de unos isleños que, de hacerlo en demasía, se marearían también en exceso, como se dice en el filme de Médem “Lucía y el sexo”, algunas de cuyas escenas se rodaron aquí. Esa bondad de las calas, ese paisaje entre agreste y lunar, salpicado por cultivos sacados a base de redaños e ingenio (hay a quien le ha dado por cultivar uva y fabricar vino en la isla) y esa bonhomía de los isleños para con los “pelluts” condujo a la llegada de hippies setenteros y a que el flower power siga siendo, aún hoy, una seña de identidad de Formentera. No en vano, las fiestas de La Mola mezclan el culto tradicional a Sant Joan con una renovada movida psicodélica; la Fonda Pepe sigue activa año tras año exhibiendo los cuadros que algunos de entonces legaron como pago por su estancia y “Formentera Lady”, la canción de los británicos King Crimson, sigue siendo un himno no oficial para la isla.
Apenas entrar en Formentera, nos detenemos frente al Estany Pudent y sus otrora malolientes aguas. El viaje entre Ibiza y Formentera nos ha llevado bordeando el Parque Natural de Ses Salines, compartido por las dos islas, haciéndonos remontar a los tiempos en que la sal era una de las bases económicas principales de las Pitiusas. Historias de trabajo duro. La del Estany Pudent, ahora paisaje digno de admirar y de aguas renovadas por la apertura de un canal que le conecta con mar abierto, es otra. Cuentan que dos hermanas habían heredado los terrenos sobre los que hoy se asienta el estanque. La desidia con la que comenzaron a gestionar ambas la hacienda, camino de la ruina por su mala administración, hicieron que poco a poco se asentara la envidia y el rencor más furibundo entre ambas, de tal modo que un día se dijeron mutuamente que ojalá el mar anegara su heredad - como si no fuera también de la que profirió la maldición -. Y dicho y hecho: el mar acabó entrando en tromba, superando los diques. La podredumbre olorosa que hubo hasta épocas no muy lejanas recordaba precisamente el mal hacer de ambas hermanas.
Otras leyendas se remontan a épocas más antiguas, cuando tras la dominación musulmana de la isla, ésta fue objeto, no obstante, de la codicia de los piratas bereberes y normandos. Los primeros iban detrás de los tesoros que sus ancestros habían dejado ocultos en las numerosas cuevas que posee Formentera. Y, al parecer, hasta las lejanas tierras del norte de Europa habían llegado tales noticias, por lo que una expedición, comandada por el pirata Sigurd, se había internado hasta tierras tan meridionales. La presencia y permanencia de normandos rubios y de ojos azules y de estatura mayor entre los naturales explica, para los “formenterers”, que al cabo del tiempo éstos acabaran siendo más altos que sus vecinos ibicencos. 
Algunas de estas cuevas, no obstante, tienen un origen menos literario. Es el caso de la Cova d’en Xeroni, en las cercanías del municipio de Sant Ferrán. Fue encontrada a raíz de las prospecciones realizadas para encontrar aguas subterráneas, y aunque la búsqueda del preciado líquido se derivó infructuosa para la época y tecnología de entonces, el descubrimiento de la cueva fue todo un hallazgo arqueológico. Las estalactitas y estalagmitas que descienden y ascienden en ella configuran un conjunto de gran belleza, encontrándose además figuras graciosas que pueden recordar desde flanes a cabezas de personajes famosos.
En el propio Sant Ferrán encontramos el que posiblemente sea el alojamiento más conocido de toda la isla y lugar de paso obligado para quien quiera acercarse a los tiempos felices y la nostalgia hippie de Formentera. La Fonda Pepe, en el carrer Major, tiene a un lado el edificio de la propia fonda y al otro el restaurante, lugar de encuentro de toda la vida de naturales y visitantes. Al mismo tiempo, para quien se acerque por la noche podrá disfrutar durante la época estival de conciertos, exposiciones y actividades de lo más variado, además de disfrutar de la ya de por sí permanente exposición artística con la que a Pepe de Sa Fonda, el fundador y padre del actual propietario, le pagaron algunos de los que estuvieron alojándose en ella.
Y es que la isla ha sido ya de antiguo un lugar de encuentro de visitantes ilustres. Aunque algunos, paradójicamente, ni siquiera hayan estado. Es el caso de Julio Verne, quien situó en ella al protagonista de una de sus novelas, “Héctor Servadac”. Verne, lector voraz, tuvo conocimiento de que el faro de La Mola era un importante observatorio astronómico y que, además, había formado parte de un triunvirato de observatorios (con París y Dunkerque, Bélgica) que posibilitaron la adopción del metro y el sistema métrico en casi todo el mundo gracias a los estudios de los franceses Aragó y Biot en 1806-1808. Servadac, convertido en alter ego literiario de Verne, puso a la pequeña isla balear entre las letras internacionales.
Pero en El Pilar de La Mola, el pueblo en el que ahora nos situamos, sí estuvieron nada menos que Pink Floyd y Bob Dylan, en el llamado Molí Vell, hoy reconstruido y perteneciente a una fundación. Eran los tiempos de la psicodelia, de darle una oportunidad a la paz, de hacer el amor y no la guerra, de la respuesta en el viento y de King Crimson cantando suave y luego aumentando poco a poco la potencia aquello de “Formentera lady/dance your dance for me”. Pudiera ser que Formentera fuera un lugar de paso o de permanencia definitiva de quienes decidieran alejarse del mundo que les había decepcionado sobremanera. Fuera como fuese, los que encontraron aquí un hogar no terminaron de desprenderse de aquel modo de vida.  
Así, se puede comprobar cada domingo a la tarde (en sesión doble los jueves en verano), se celebra la Fira Artesanal en El Pilar. Decenas de puestos y un tranquilo bullicio, valga la paradoja, se instala en las cercanías de la iglesia y la parada del autobús, entre una multitud de colores y objetos entre los que destaca la bisutería, las prendas de vestir, los complementos y curiosidades varias como los instrumentos musicales hechos a mano (en Sant Francesc, el municipio capital de la isla, existe Formentera Guitars, donde pueden adquirirse guitarras artesanales elaboradas por el alemán “Eki” Hoffmann). Y las fiestas de Sant Joan - 23 de junio- combinan lo cristiano y lo pagano en unos festejos llenos de colorido y magia.
La reducida superficie de Formentera y su estrechamiento central favorecen que llegar de unas playas a otras sea sencillo. Ses Illetes en la parte occidental, cerca de Es Pujols; la extensa playa de Es Migjorn en el centro-sur, próxima a Sant Ferrán; la de Tramontana, al norte; Cala Saona, al oeste de Sant Francesc, en el camino al cap de Barbaria (punta más meridional de la isla y desde la que, en los días claros, es posible ver la costa argelina, de ahí su nombre)… En ellas es posible practicar el nudismo, someterse en alguna de ellas a un terapéutico baño de barro y disfrutar tanto de unas aguas inmaculadas y de gran riqueza biológica (de cuya destrucción, no obstante, la iniciativa RIP Posidònia Formentera nos alerta), como, en algún caso, de una agradable puesta de sol.
Es el caso de la playa de Migjorn, donde se encuentra situado el Blue Bar, en cuyo exterior es posible fundirse con el universo real y en el interior recrearse con uno inventado, a través de planetas, cohetes y asteroides colgando de un techo azul salpicado de estrellas.
No podemos menos que recomendar visitar y describir esta pequeña perla a pocos kilómetros de distancia, en muchos casos, de nuestros lugares de residencia o nacimiento. Quizá sea un trayecto corto. Pero no hay duda será intenso. Y eso no tiene nada de legendario.